Las Ultimas Palabras de Irvin El Ultimo Programa de Televisión: ¿Quién Era Jesús?
Las Ultimas Palabras de Irvin
El Ultimo Programa de Televisión: ¿Quién Era
Jesús?
¡Dios los bendiga a todos, nos veremos en el rapto!
Estaba pensando en una Escritura y quiero llevarles a esta Escritura en Hechos 8:32. Felipe
había estado predicando avivamiento en Samaria, fue un gran avivamiento, creo que
tuvieron como 5000 convertidos. Pero un ángel se le apareció y le dijo: “quiero que dejes el
avivamiento y bajes al desierto llamado Gaza.
Ahora, esto era inusual dejar este gran avivamiento para ir al desierto donde casi no había
gente. Sin embargo, Felipe obedeció al Señor y cuando bajó allí, vio un carro solitario y una
sola persona viajaba sola en el carro, entonces Felipe se acercó al carro y vio que el hombre
estaba leyendo la Escritura. Lo retomaremos en el versículo 32:
“El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como
cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca. En su humillación no se le
hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su
vida. Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el
profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y
comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino,
llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea
bautizado?”. Hechos 8:32-36.
Bueno, ¿no le hubiera gustado estar presente en ese sermón, ese estudio bíblico que se dio
mientras Felipe y el eunuco cabalgaban por el desierto?
Ahora, el eunuco era muy poderoso, estaba sobre todo el tesoro de Etiopía, así que este fue
un evento interesante que sucedió.
Entonces, ¿qué dijo Felipe? Si conocen a alguien y no sabe nada acerca de Jesús.
Bueno, hice un pequeño recorrido intermedio a través de las Escrituras, mientras me
preparaba para hablarles hoy. Y pensé, bueno Isaías 7:14; esto es lo que dice:
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un
hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Isaías 7:14.
Es posible que ya sepan que la palabra “Emanuel” significa Dios con nosotros.
Pero esta asombrosa profecía, que una virgen va a tener un hijo, y que Su nombre se
llamaría “Dios Con Nosotros”.
Bueno, lo que pasó después, en Lucas 1:26, nos dice que un ángel se le apareció a una
virgen de nombre María:
“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y
el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve,
muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio,
se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo:
María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu
vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será
llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará
sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Lucas 1:26-33.
Felipe continúa la historia al eunuco etíope mientras le predica Jesús. Él le cuenta que José
visitó a María y ella le dio la noticia.
“José, voy a tener un hijo pero no te he sido infiel. Me visitó un ángel y me dijo que el hijo
que tendría se llamaría: El Altísimo y sería El Salvador de el mundo”.
Bueno, José no le creyó a María. Quiero decir, la historia era demasiado fantástica. Solo ha
pasado una vez desde que el mundo comenzó, que una virgen que nunca había estado con
un hombre, tuviera un hijo. Esto es lo que sucedió después. Mateo 1:19:
“José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y
pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo
de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del
Espíritu Santo es”. Mateo 1:19-20.
Wow, ahora, ahora tenemos 2 personas. Dios se le apareció a María y se le apareció a José.
Luego, 9 meses después, Jesús nace en Belén. Cuando Él nació allí, no estaban en Belén
porque César Augusto había decretado que todos debían regresar a la tierra de su nacimiento
para ser tasados y también para participar en el censo.
Bueno, llegan a Belén; no había lugar en los extremos. Todo el mundo estaba de viaje, todos
los hoteles estaban repletos. Entonces, José y María terminan en un establo. Ahí es donde
nació Jesús.
Cuando esto sucedió, los ángeles se les aparecieron en las faldas de un monte a un grupo de
pastores, y los ángeles cantaban: “gloria a Dios en las alturas, paz en la tierra, buena
voluntad para con los hombres, porque os ha nacido hoy en esta ciudad de David un
Salvador, que es Cristo el Señor. Y esta será una señal”, esta es la segunda señal, “esta será
una señal para ustedes. Encontrarán al niño envuelto en pañales acostado en un pesebre”.
De todos los lugares, para que un niño recién nacido sea puesto en un pesebre; pero eso es lo
que pasa. Los pastores dejaron sus rebaños con el cuidador, y fueron a ver este espectáculo
que los ángeles les habían dicho.
Efectivamente, descubren que ven una luz que entra por debajo de la puerta de uno de los
graneros, por lo que llamaron a la puerta; José llega a la puerta y dicen: “¿es aquí donde está
el Mesías?”.
Y José se sorprende retrocediendo, pero luego dice: “usted tiene el lugar correcto”.
La Biblia dice: “entraron y se inclinaron ante el niño y lo adoraron, porque era más que un
niño. Él era Dios manifestado en carne. Él era el Salvador del mundo. Bueno, más tarde,
vinieron unos magos del Oriente, buscando al Mesías.
Bueno, lo encontraron, y cuando lo encontraron, presentaron sus regalos de oro, incienso y
mirra. Y de nuevo, ellos también lo adoraron. José y María están experimentando todos
estos eventos sobrenaturales; y fue abrumador francamente.
Bueno, vamos a tener que avanzar rápidamente porque estoy seguro de que mientras Felipe
predicaba mientras cabalgaban por el desierto, estaba tratando de llegar al quid de la
historia.
Juan el Bautista vino para predicar, esto fue después de que Jesús ya era adulto; tenía unos
30 años de edad. Y vino Juan el Bautista para predicar. Era un predicador poderoso, como
Israel no había visto en mucho tiempo.
Y él estaba predicando el bautismo bajo arrepentimiento; mientras predicaba, y
aparentemente de pie fuera del agua del río Jordán, Jesús se acercó.
Y cuando Jesús se acercó, Juan el Bautista lo miró y fue ungido por el Espíritu Santo para
decir: “he aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Entonces Jesús bajó al agua, Juan no quería bautizarlo. Él dijo: necesito que Tú me bautices.
Pero Jesús respondió: “deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
Entonces le dejó”.
Bueno, después de ser bautizado, Jesús se fue y ayunó durante 40 días en el desierto. Esto
iba a lanzar Su Ministerio. Su primer milagro sucedió en una boda.
Jesús había recibido la invitación. Fue a la boda y durante la boda, se quedaron sin vino.
Fue una mala situación. Tienen todos estos invitados, no tienen los refrigerios necesarios;
quizás la persona que se casaba no tenía los medios para comprar más.
Entonces, la madre de Jesús, María, se acercó a Él y Él le dijo: “¿qué tienes conmigo,
mujer? Aún no ha venido mi hora”.
Pero ya saben cómo son las madres, no se desaniman muy fácilmente.
Ella solo mirando la gente dijo: “haced todo lo que os dijere”.
Estoy seguro de que Jesús se puso de lado y se encogió de hombros y dijo: “¿qué voy a
hacer?”. Y entonces Él dijo: “llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba”
Y entonces Jesús dijo: “sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron”.
Bueno, la gente que estaba haciendo esto pensó: “esto no va a ir bien cuando se entere que
servimos agua en vez de vino”.
Sin embargo, obedecieron la palabra de Jesús y cuando el que presidía la fiesta bebió del
vino, dijo: “¿qué hacéis?”. Y se sobresaltaron por un momento. Él dijo: “normalmente, en
una fiesta como esta, los hombres sirven el mejor vino primero, y reservan el peor vino para
el final. Pero ustedes han reservado el mejor vino para el final”.
Y la noticia de este milagro, corrió como la pólvora.
Bueno, a medida que avanzaba el Ministerio de Jesús, llegó un momento en que Él había
estado enseñando a la gente, había una gran multitud allí. 5000 hombres más las mujeres y
los niños.
Y entonces Jesús dijo: “no podemos despedirlos porque han estado conmigo mucho tiempo,
perecerán en el camino; por eso, alimentadlos”.
Los discípulos dijeron: “¿qué tenemos?”. Entonces, averiguaron y había un muchacho que
había traído su almuerzo. Su madre había enviado con él 5 panes y 2 peces.
Dijeron: “Jesús, es todo lo que tenemos, los 5 panes y estos 2 peces”.
Él dijo: “tráedmelos”.
Sentaron a la gente en secciones de 50, así que organizaron todo y Jesús comenzó a partir el
pescado y a partir el pan y siguió multiplicándolos en Sus manos y los discípulos subían y
bajaban por los pasillos, estuvieron sirviendo a todos, hasta que todos tuvieron todo lo que
querían comer. Y Jesús dijo: “recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda
nada”.
Y cuando lo hicieron, les sobraron 12 canastas llenas. Había 12 apóstoles, así que cada uno
recibió su propia canasta. Fue todo un milagro. Y la noticia volvió a correr como la pólvora.
Entonces, el Ministerio de Jesús iba creciendo; entonces, las multitudes salían de todas
partes para oírle, cuanto más oían de estos milagros.
Abrió los ojos de los ciegos. Una vez, Él estaba caminando y llegó a una procesión fúnebre;
había una mujer, su único hijo había muerto. Ella misma era viuda. Jesús se compadeció y
detuvo la procesión fúnebre y caminó hacia el ataúd y le dijo al joven que estaba allí:
“levántate”; y el hombre se sentó en su ataúd y salió del ataúd y el dolor de la madre se
convirtió en una alegría increíble, porque Jesús había resucitado a su hijo de entre los
muertos.
Ahora, no tengo tiempo para repasar todo lo que Jesús hizo, por supuesto. Estoy seguro de
que Felipe tampoco.
Sin embargo, sabemos que Jesús en otro momento, sanó a 10 leprosos. Estamos hablando de
la peor enfermedad de su época, era contagiosa. Si tenían lepra, eran apartados de la
sociedad. Tenían que estar confinados.
Luego, cuando llegó al final de Su Ministerio; tenía un buen amigo llamado Lázaro. Jesús
había estado fuera y le estuvieron llamando, pero no vino lo suficientemente rápido.
Mientras tanto, Lázaro, que se había puesto muy enfermo, murió.
Ahora, no solo había muerto, sino que lo habían enterrado en un sepulcro.
Cuando Jesús finalmente vino; la hermana de Lázaro le dijo a Jesús: “si hubieras estado
aquí, sabemos que nuestro hermano no habría muerto”.
Y Jesús dijo: “oh, resucitará”.
Dijeron: “sabemos que resucitará en la resurrección”. Entonces, Jesús hizo esta asombrosa
declaración; dijo: “Yo soy la resurrección, vamos al sepulcro”.
Entonces mandó que movieran la piedra que cubría la boca del sepulcro. Y dijeron: “pero
espera, él ha estado allí 3 días, ya estará apestando”.
Sin embargo, a Su palabra, abrieron la tumba, y Jesús gritó a gran voz: “¡Lázaro, ven
fuera!”.
Y la Biblia dice que Lázaro salió atado de pies y manos. Supongo que salió saltando. Salió y
Jesús les dijo: “suéltenlo y déjenlo ir”.
Ahora, si no creen que esto causó un gran alboroto. Todos escucharon: “oye, estuvo muerto
3 días, estaba atado con vendas, salió, y ahora mira, incluso está cenando con Jesús esta
noche”. Y todos querían ir a esa cena porque querían no solo ver a Jesús, pero querían
sentarse y hablar con el hombre que había estado muerto durante 3 días.
¿Qué les parecería hablar con alguien que lleva 3 días muerto?
Pues bien, siguiendo las cosas, Felipe le dijo al eunuco: “después de esto se llevaron a Jesús,
lo crucificaron y ahora estás leyendo un lugar en el que fue puesto como Cordero al
matadero”. Esta es una profecía de Isaías que fue escrita 700 años antes de que todo esto
sucediera, pero era una profecía sobre la venida del Mesías. “Como cordero fue llevado al
matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién se lo contará?”. Y Felipe
dijo: “eso es lo que estoy haciendo en este momento; lo estoy contando a esta generación”.
Entonces, le dijo cómo había sido tomado, que había sido crucificado. Y luego resucitó de
entre los muertos 3 días después.
Ahora, después de eso, después de la resurrección, Jesús se mostró vivo durante 40 días con
muchas pruebas indiscutibles. Y los discípulos lo vieron, y las personas que Felipe conocía
personalmente lo habían visto y le habían contado a Felipe la historia de primera mano.
Bueno, finalmente Felipe le dice al eunuco etíope, Jesús justo antes de dejarnos, el último
día, nos dio Su comisión. Esto es lo que Él nos ordenó hacer, y esto se encuentra en Lucas
24:45-49:
“Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo:
Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al
tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en
todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He
aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la
ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”. Lucas 24:45-49.
Ahora, Jesús estaba hablando con Sus discípulos en el Monte de los Olivos, un lugar
llamado Betania, y después de haber dado estas últimas instrucciones, los bendijo y Sus pies
dejaron la tierra y ascendió a los Cielos.
Los discípulos estaban parados allí observándolo irse, y seguían mirando hacia arriba más y
más, hasta que finalmente la Biblia dice que una nube lo recibió y lo ocultó de su vista.
Entonces, mientras los discípulos se quedaron quietos mirando con la esperanza de verlo de
nuevo o tal vez que volvería; detrás de ellos aparecieron dos hombres vestidos de blanco,
diciendo: “varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha
sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo?”.
Por lo tanto, “hagan lo que Él les dijo que hicieran”. Recuerden que os ha dicho que vayais a
Jerusalén y os quedéis allí hasta que seas investido de poder desde lo alto”.
Entonces, a la palabra de los 2 ángeles, los discípulos regresaron a Jerusalén y se quedaron
allí y estuvieron en el templo alabando y bendiciendo a Dios durante 7 días.
Sin embargo, se acercaba una fiesta judía, llamada la fiesta de Pentecostés. La Biblia dice en
Hechos 2, y cuando se cumplió el día de Pentecostés, estaban todos unánimes en un mismo
lugar. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual
llenó toda la casa donde estaban sentados y lenguas de vestidura como de fuego se asentaron
sobre cada uno de ellos, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar con
otras lenguas u otros lenguajes, según les dio el espíritu que hablasen.
Ahora bien, había una gran multitud en Jerusalén porque era costumbre de los judíos en los
3 días festivos: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos; todos debían ir a Jerusalén al templo a
adorar. Entonces, Jerusalén estaba abarrotada. Ahora, esto que estaba pasando, de repente se
escuchó en el exterior, y todos querían venir a ver.
Estas personas que ni siquiera saben hablar estos idiomas, de repente están hablando
sobrenaturalmente estas lenguas. Y así la gente vino a reunirse diciendo: “¿qué significa
esto?”. Algunos decían: “bueno estos muchachos están borrachos”.
Pero el apóstol Pedro se puso de pie y dijo: “estos hombres no están borrachos como
vosotros suponéis; siendo sólo las 9 de la mañana, es sólo la hora tercera del día, pero esto
es lo dicho por el profeta Joel en los últimos días dijo Dios: “derramaré de mi espíritu
sobre toda carne, vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos
soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones”, y entonces, les predicó: “habéis
tomado a Jesús de Nazaret y habéis crucificado vuestro Mesías, Él era la promesa”.
Y la gente, al oír esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los demás
apóstoles: “hombres y hermanos, ¿qué tenemos que hacer?”.
Entonces Pedro les dio la fórmula de lo que tenían que hacer. Entonces Pedro les dijo:
“arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón
de los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
Y cuando Felipe se lo contó al etíope el eunuco, llegaban cerca del agua en ese momento. Y
el eunuco dijo: “aquí está el agua, ¿qué me impide ser bautizado? Quiero ser parte de este
gran plan de salvación. Creo que Jesús es el Mesías. Creo que Él es el Cristo”. Y ambos
bajaron al agua, y el eunuco fue bautizado en el nombre de Jesús y siguió su camino gozoso.
Y Felipe fue arrebatado sobrenaturalmente a un lugar llamado: Asdod.
Esa es la forma en que él predicó Cristo.
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