Las Cosas que has Visto

Las Cosas que has Visto

Lección 2

Las Cosas que has Visto

Bienvenidos a la lección 2 de Apocalipsis. La lección de hoy se centrará en las “cosas que

has visto”.

Ahora recuerden, todo en el Libro de Apocalipsis se divide en 3 categorías. A Juan se le dijo

en Apocalipsis 1:19, escribe “las cosas que has visto”, y “las que son”, y “las que serán

después de estas”.

Todo en el Libro de Apocalipsis se puede poner en esas 3 secciones. Veamos las “cosas que

has visto”, están contenidas en los capítulos 2 y 3 y las “cosas que serán después de estas”,

las encontramos en el capítulo 4 al capítulo 22.

Entonces, en esta lección nos vamos a enfocar en las “cosas que has visto”.

Y el Señor le dijo a Juan, escribe estas cosas. Entonces, estamos mirando a través de la

revelación de Jesucristo. Verso 1 del capítulo 1:

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que

deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”.

Apocalipsis 1:1.

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que

deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.

Ahora, ¿por qué diría “cosas que deben suceder pronto”?

Sabemos que el Libro de Apocalipsis se está cumpliendo ahora mismo; y, sin embargo, aquí

dice “cosas que deben suceder pronto” y esto se escribió en algún lugar alrededor del año 95

d.C.

Bueno, la razón es porque algunas de las cosas que se le mostraron a Juan iban a suceder

pronto, por ejemplo, los capítulos 2 y 3 están dedicados a mensajes a 7 iglesias literales que

existían en Asia Menor, lo que hoy es Turquía. A estas 7 iglesias literales, Dios les envió

mensajes específicos.

Y luego, cuando llegamos a Apocalipsis 5, vemos un cordero parado en medio del trono,

que es una representación del Dios Todopoderoso haciéndose hombre, para poder ser el

Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

Y sabemos que eso sucedió hace 2000 años. Luego llegamos a Apocalipsis 6; bueno, eso

comienza alrededor del año 300 dC y luego continúa a lo largo de la historia. Esa es la

razón, la Biblia es capaz de registrar cosas que están sucediendo ahora mismo y aún así

decir, parte de esto debe suceder pronto.

Ahora, observen lo siguiente. La Biblia dice que aquellos que estudian el Libro de

Apocalipsis serán bendecidos, dice así:

“Que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas

las cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta

profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca” Apocalipsis 1:2-

3.

Que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las

cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee, ahora escuchen bien, porque esto nos está

hablando a ustedes y a mi, bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta

profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

¿Que se supone que hagamos?

Número uno, necesitamos escuchar las palabras de esta profecía, pero no necesitamos solo

escuchar, no necesitamos solo estudiar, pero la Biblia dice “debemos guardar estas cosas”;

en otras palabras, debemos obedecer las cosas que están escritas, aquí en el Libro de

Apocalipsis.

Ahora, eso es un mandamiento. Está diciendo “serán bendecidos si hacen esto”. Entonces,

sabemos que debemos escuchar, debemos guardar, y también sabemos que el tiempo está

cerca; y eso se refiere a los mensajes a las 7 iglesias.

Leamos acerca de esto:

“Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y

que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono”. Apocalipsis 1:4.

Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y

que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono.

Eso es Apocalipsis 1:4. Y luego Juan, en este momento entregó los mensajes a las 7 iglesias

de Asia cuando fue liberado del exilio, aparentemente alrededor del año 96 d.C.

Entonces, las 7 iglesias de Asia, en lo que hoy se llama Turquía, vamos a leer acerca de los

mensajes a esas 7 iglesias en la lección 3 de nuestra serie de Apocalipsis. Pero en este

momento, este versículo simplemente dice: “Estoy dirigiendo este Libro de Apocalipsis en

primer lugar a las 7 iglesias”.

Entonces, seguimos leyendo:

“Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de

la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”. Apocalipsis 1:5.

Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, miren estas frases de cerca,

el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra, está hablando de

Jesucristo, Él es el soberano de los reyes de la tierra, en otras palabras, Él está por

encima. Él es el Rey de Reyes y el Señor de Señores, Al que nos amó, y nos lavó de

nuestros pecados con su sangre.

¡Lo único que puede lavarnos a ustedes y a mí de la inmundicia de nuestros pecados, es la

Sangre de Jesucristo!

Ahora, nos habla de lo que Él ha hecho por nosotros y luego se va a referir a Sí mismo como

el primogénito de los muertos:

“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy”. Salmos

2:7.

Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.

Ahora, ¿de qué está hablando esto?

Así, Dios dice al Hijo, Jesucristo Hombre: “Tú eres Mi Hijo, yo te he engendrado hoy”.

Ahora, eso viene de Salmos 2:7. Mucha gente cree que este pasaje del Libro de los Salmos

se refiere al Padre engendrando al Hijo allá en la eternidad, por eso le llaman Hijo eterno.

Sin embargo, este es un entendimiento erróneo. El verdadero significado de Salmos 2:7;

Dios está cumpliendo Su Palabra acerca de la resurrección de Jesús de entre los muertos.

Déjenme que se lo lea:

“La cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está

escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy”. Acts 13:33.

La cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está

escrito también en el salmo segundo, ahora, este es el apóstol Pablo hablando de la

resurrección de Jesús de entre los muertos, pero cita el segundo Salmo diciendo que

cuando Jesús resucitó de entre los muertos; que, eso cumplía el segundo salmo, Mi hijo

eres tú, yo te he engendrado hoy.

Así, el engendramiento del Hijo, por el Padre, no sucedió en la eternidad; se refiere al

tiempo en que Jesús fue el primogénito de entre los muertos.

¡Jesucristo es el primer ser humano en resucitar de entre los muertos, inmortal!

Y eso es Hechos 13:33.

“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su

venida”. 1 Corintios 15:20, 23.

Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

Ahora bien, esto es 1 Corintios 15:20, nos muestra que Jesús es las primicias de los

muertos. Así que cuando habla de que Él es el primogénito de entre los muertos, es

porque Él era las primicias de la resurrección. La Biblia dice, que Jesús es las

primicias de la resurrección y después, los que son de Cristo en Su venida.

Ahora, continuemos en el capítulo 1:

“Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos

de los siglos. Amén. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le

traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”.

Apocalipsis 1:6-7.

Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de

los siglos. Amén. Estos son los versos 6 y 7, He aquí que viene con las nubes, ahora,

hablamos la semana pasada acerca de que este versículo es el tema de todo el libro de

Apocalipsis “he aquí que viene con la nube”. Esta es la revelación de Jesucristo. Y

cuando lo haga, todo ojo le verá, y los que le traspasaron.

Ahora, quiero hacer una pausa aquí por un momento. ¿Cómo es posible? Los que lo

traspasaron.., eso fue hace 2000 años. Entonces, cuando regrese en un futuro muy cercano;

¿Cómo puede decir “los que lo traspasaron”?

La Biblia enseña que todas las personas que rechacen el Señorío de Jesucristo en sus vidas

serán culpables de la crucifixión.

En algun lugar un hombre les dijo a los apóstoles: “habéis trastornado el mundo y ahora

venís a traer la sangre de este hombre sobre nuestras manos”; porque no lo es si eres un

judío físico; ya saben, mucha gente solía enseñar que los judíos son culpables de la Sangre

de Jesucristo, que son los asesinos de Cristo o los crucificadores de Cristo.

Bueno, eso no es cierto. ¡Cualquiera que rechace a Jesús como Su Creador, como Su Señor

y como Su Salvador, se vuelve culpable!

Entonces, van a mirar a Aquel a quien han crucificado. Y todos los linajes de la tierra se

lamentarán por Él; aun así Amén.

Eso se encuentra en Apocalipsis 1:6-7. Entonces, cuando nacemos en el Reino de Dios;

somos hechos reyes y sacerdotes y la Biblia nos dice que algunos lo contemplarán con gozo

y otros realmente llorarán y gemirán por Él.

A medida que continuamos ahora; quiero que vean eso, hemos visto el tema de todo el libro

de Apocalipsis, versículo 7. Ahora, vamos a escuchar mientras Dios revela quién es Él.

Ahora, estamos hablando hoy de que Juan escribe “las cosas que has visto”. Dios va a

empezar a decirle a Juan quién es Él porque aquí hay mucha confusión.

Estamos hablando del primogénito de entre los muertos y, sin embargo, escuchen este

versículo:

“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de

venir, el Todopoderoso”. Apocalipsis 1:8.

Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de

venir, el Todopoderoso.

Este es el versículo 8 y este es un versículo clave. Dice “Soy el Alfa y la Omega, soy el

primero”.

¿De quién nos está hablando esto? Está hablando de Dios porque continúa diciendo “Yo soy

el Todopoderoso”. Entonces, ¿esto está hablando de Dios Padre, Dios Hijo; ¿de qué está

hablando esto?

Bueno, Juan continúa diciéndonos dónde está ocurriendo todo esto en su vida. Veamos el

versículo 9:

“Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la

paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios

y el testimonio de Jesucristo”. Apocalipsis 1:9.

Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la

paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y

el testimonio de Jesucristo.

“Fui puesto aquí en el exilio por el emperador romano Domiciano porque odiaba el mensaje

del cristianismo que estaba predicando, por lo que dijo: “detendré tu ministerio, te pondré en

el exilio”.

Ahora, creemos que esto sucedió alrededor del 95 d.C. Entonces, Juan no permaneció

muchos años en el exilio en Patmos.

Ahora, Patmos es una isla a unas 37 millas de la costa de Turquía. Está muy cerca de la

famosa ciudad llamada Éfeso.

Patmos tiene aproximadamente 13 millas cuadradas; entonces, si quieren poner eso en sus

mentes, si tuvieran una isla de una milla de ancho y 13 millas de largo, serían 13 millas

cuadradas.

Esta es la isla de Patmos, donde se escribió el libro de profecías más famoso de toda la

Biblia. Y es un libro para ustedes y para mí para este momento presente.

Estoy seguro de que cuando Juan fue exiliado, había mucha gente muy molesta con esto,

mucha gente oraba “Dios, ¿por qué dejaste que esto sucediera”?

Bueno, Dios permitió que sucediera porque quería separar a Juan por un tiempo, para que

pudiera tener toda su atención porque iba a darle “las cosas que son, las cosas que has visto

y las cosas que serán después de estas”.

Y ustedes y yo nos estamos beneficiando enormemente hoy porque Juan fue exiliado a la

isla de Patmos por Domiciano.

Domiciano no tenía idea de lo que realmente estaba haciendo pero, por supuesto, Dios

siempre toma los malos eventos y los convierte en buenos eventos.

Ahora, Juan dijo: “Yo estaba en el espíritu en el día del Señor”. Vamos a leerlo:

“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de

trompeta”. Apocalipsis 1:10.

Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de

trompeta.

Ese es el versículo 10. Ahora, ¿de qué estamos hablando? “Estuve en la isla de Patmos en el

espíritu en el día del Señor”; algunas personas tomaron esto y dijeron, bueno, eso significa

que era domingo. Otras personas dicen, el día de reposo es el sábado, ese es el día del Señor.

¿De qué está hablando esto realmente?

Bueno, es posible que esto pueda significar “estuve en la isla de Patmos y estaba en el

espíritu en el día del Señor. El término “día del Señor” se usa a lo largo de la profecía bíblica

como el día cuando Jesucristo regrese a esta tierra, derribe los tronos de los hombres,

derrame Su ira sobre los pueblos de la tierra y lo coronaremos Rey de Reyes y Señor de

Señores.

Entonces, Juan dice: “Fui proyectado, fui llevado en el espíritu y vi el día del Señor, vi el

culminación de todo”.

Saben que, Apocalipsis 11:15, cuando suena la última trompeta, la séptima trompeta, dice “y

los reinos de este mundo se han convertido en el Reino de nuestro Señor y de Su Cristo.

Entonces, Juan dijo: “Yo estaba en la isla de Patmos”, probablemente estaba orando; la

Biblia dice “y yo estaba en el espíritu y cuando entré en el espíritu, vi cosas que no se

pueden ver con un ojo natural. Entonces, esto podría significar que Juan vio el día de la ira

de Dios, en el espíritu.

Luego, la Escritura continúa diciéndonos:

“He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos”. Zacarías

14:1 .

He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos.

Ahora, ¿se dieron cuenta allí mismo? esto es Zacarías 14:1, dice “El Día del Señor”.

Entonces, cuando hablamos de “yo estaba en el espíritu en el día del Señor”; bien puede

referirse al tiempo de la segunda venida y la batalla de Armagedón.

Todo lo cual, Juan, termina de ver antes de que terminemos con el Libro de Apocalipsis.

A veces, se hace referencia al día del Señor como el día de la ira de Dios.

Ahora, observemos de cerca porque a Juan se le dice aquí en el versículo 11:

“Que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que

ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira,

Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi

siete candeleros de oro”. Apocalipsis 1:11-12.

Que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, sabemos que es Dios porque

Dios es el primero, Dios es el último, escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete

iglesias que están en Asia: a Éfeso, ahora sabemos que muchas de las cosas que vio Juan

eran irrelevantes para las iglesias de Asia. Pero los capítulos 2 y 3 son muy relevantes.

Entonces, las envía a las iglesias de Asia y él nombra esas iglesias: Éfeso, Esmirna,

Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver la voz que hablaba

conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro.

Y él envía mensajes específicos a cada una de esas iglesias, diferentes mensajes porque

había diferentes condiciones espirituales prevaleciendo en cada una de esas iglesias.

Entonces Juan dice en el versículo 12: “y me volví para ver la voz que hablaba conmigo”.

Ahora, hasta aqui, solo ha escuchado una voz, no ha visto quién es, pero dijo ahora me he

vuelto para ver la voz que hablaba conmigo y dándome la vuelta; esto es lo que vi: “vi 7

candelabros de oro”. Ahora, este es el mismo ser que estaba en el versículo 8: “Yo soy el

Alfa y la Omega, principio y fin”.

Ahora, me di la vuelta para ver quién me hablaba y vi al Alfa, El Omega, El principio y El

fin, El Todopoderoso.

Y luego en medio de los 7 candeleros, uno semejante al Hijo del Hombre; esto se refiere a

Dios Todopoderoso como el Hijo del Hombre, porque sabemos que Jesús era Dios

manifestado en carne:

“Y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una

ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus

cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus

pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo

de muchas aguas”. Apocalipsis 1:13-15.

Y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, y veamos a qué se

parece, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de

oro, eso está alrededor de su pecho, su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca

lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; ahora, esto realmente le ha pasado a

Juan. Él está registrando fielmente estas cosas, y sus ojos eran como una llama de

fuego. Ahora, esto era bastante intimidante. Continúa diciendo en el versículo 15: y sus

pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo

de muchas aguas.

No solo bronce, sino que estoy hablando de bronce en llamas y su voz como el sonido de

muchas aguas.

Es como estar al lado de las Cataratas del Niágara.

Entonces, vemos que este personaje en particular; tenía un cinturón de oro, ojos como

llamas de fuego, pies como de bronce bruñido, su voz como el estruendo de muchas aguas.

Ahora, la razón por la que quiero que escuchen eso es porque 650 años antes, Daniel

aparentemente vio exactamente el mismo personaje que vio Juan. Escuchen lo que vio

Daniel:

“Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de

Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como

antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de

sus palabras como el estruendo de una multitud”. Daniel 10:5-6.

Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de

Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como

antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de

sus palabras como el estruendo de una multitud.

Entonces, comparemos eso con lo que Juan vio 650 años después en el Libro de

Apocalipsis. Daniel vio a una persona con un cinturón de oro, ojos como llamas de fuego,

pies como bronce pulido y una voz como una gran multitud.

Era obvio que Daniel y Juan en sus experiencias espirituales, ambos escribiendo libros

proféticos; los 2 libros proféticos más famosos de la Biblia. Ambos se estaban comunicando

con, por el mismo individuo, el mismo individuo se les apareció.

Ahora, nos estamos preparando para averiguar con certeza quién era esta persona.

A continuación notamos, volviendo al Libro de Apocalipsis, hablando de este personaje:

“Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su

rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a

sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y

tengo las llaves de la muerte y del Hades”. Apocalipsis 1:16-18.

Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro

era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies.

Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; aquí

escuchamos eso nuevamente: el primero y el último, Alfa, Omega, pero ahora el

versículo 18 explica más y sabemos con certeza quién es. Verso 18 y el que vivo, y

estuve muerto; sabemos quién es. El primogénito de entre los muertos. Jesucristo mas

he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén, y eso no es todo, y tengo las llaves de la

muerte y del Hades.

Esta es una gran declaración. Ahora, ese pasaje que acabo de leer es Apocalipsis 1:16-18.

¿Qué aprendemos? Él es el primero. Él es el último. Él es el Todopoderoso. Él es el que vive

y estuvo muerto. Jesucristo es el Dios Todopoderoso.

Entonces, cuando hablamos de la revelación de Jesucristo, Él quería que supiéramos en el

capítulo 1, quién es Jesucristo verdaderamente; cuando le dijo a Juan: “quiero que escribas

las cosas que has visto”, desde el principio quiero que sepas con certeza que Jesucristo es el

primero, el último, el Alfa, el Omega, el principio, el fin , el Dios Todopoderoso.

Pero luego, Él dice esto “y tengo las llaves de la muerte y del infierno”.

Entonces, Él dice: “Yo soy el que vive, estuve muerto pero ahora tengo las llaves de la

muerte y del infierno”.

Pero tenemos que darle algún sentido a esto.

¿Por qué dijo eso a la mitad de este capítulo?

Bueno, es porque hay una ley llamada “la ley del pecado y de la muerte”; tenemos que

regresar al Jardín del Edén con Adán y Eva.

Dios les dijo a Adán y Eva:

“Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él

comieres, ciertamente morirás”. Génesis 2:17.

Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,

ciertamente morirás.

Eso es Génesis 2:17. ¿Por qué dijo eso? ¿Murieron el día que comieron del árbol del

conocimiento del bien y del mal?

No murieron físicamente, pero sí murieron espiritualmente. Hay otro versículo en la Biblia

que expresa esta ley llamada “la ley del pecado y de la muerte”.

Todos en el mundo desde Adán hasta hoy viven bajo la ley del pecado y la muerte, excepto

una clase de personas: aquellas personas que están en Cristo Jesús, que han nacido de

nuevo.

Porque Jesús vino a darnos una vía de escape de la ley del pecado y de la muerte.

Ahora bien, la ley del pecado y de la muerte es: “el alma que pecare, esa morirá”. Eso es

Ezequiel 18:4:

“He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es

mía; el alma que pecare, esa morirá”. Ezequiel 18:4.

Entonces, toda la humanidad vivía bajo esta ley. Toda la humanidad desde Adán hasta

Cristo.

Sin embargo, aunque los pecados de muerte estaban sobre todos nosotros; ¡Él no quería que

muriésemos, quería que viviéramos!

La intención original de Dios era que los seres humanos vivieran para siempre.

Entonces, amándonos, dijo: “están destinados a morir, pero no quiero que mueran, tengo que

tener un plan”. Y así, decidió bajar a la tierra, asumir la forma de hombre, tomar sobre sí

mismo esa humanidad por medio del nacimiento de la virgen, María sería su madre física y

Dios su padre espiritual. Él dijo: “Me convertiré en un ser humano y seré tentado, pero no

pecaré y luego engañaré al diablo para que me mate porque necesitamos romper el contrato

llamado ‘la ley del pecado y la muerte’”.

No podemos romperlo sin una justa razón válida para hacerlo.

Ahora, para mostrarnos que Jesús nunca pecó; en el libro de Hebreos, se nos dice:

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras

debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”.

Hebreos 4:15.

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,

sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Eso es Hebreos 4:15. Entonces, Jesús nunca pecó. Satanás lo tentó; todos ustedes son

conscientes de las tentaciones, dijo: “si eres Hijo de Dios, convierte estas piedras en pan, si

eres Hijo de Dios, échate abajo porque está escrito, si tropiezas con un pie en una piedra, el

ángeles te levantarán. Póstrate y adórame, yo te daré todos los reinos del mundo”.

Satanás atacó a Jesucristo de todas las maneras que pudo, pero Jesús nunca sucumbió a esas

tentaciones; incluso cuando Satanás Le ofreció hacerlo el gobernante del mundo.

¡Y Jesús nació para gobernar el mundo!

Pero Jesús se negó a tomar atajos. Necesitaba hacerlo de la manera correcta porque cuando

Él gobierne el mundo, será para siempre.

Satanás realmente tentó a Jesús ofreciéndole el papel del Anticristo.

Estoy seguro de que el Señor puede haber dicho algo como esto: “¿por qué debería yo

querer ser su Anticristo, cuando puedo ser el Cristo Real”?

Bueno, cuando Satanás vio que no podía causar que Jesús cayera bajo el poder del pecado,

frustrado, decidió que lo mataría de todos modos.

Ahora, él sabía que estaba quebrantando la ley del pecado y de la muerte, que era la regla

básica por la cual la batalla por las almas humanas, entre Dios y Satanás, había gobernado

desde Adán hasta ese momento en particular; dijo: “me ocuparé de eso más tarde”.

Y así, mató a Jesús, y al hacerlo rompió el contrato.

¿Qué sucede cuando se rompe un contrato?

Se vuelve nulo y sin efecto; ¿no es así?

Se vuelve inútil.

Entonces, Jesús vino a librarles a ustedes y a mí de la ley “el alma que pecare, esa morirá”.

La Biblia en realidad nos dice que Jesús, a través de la muerte, destruyó al diablo. Esto

también está registrado en el libro de Hebreos. Escúchenlo:

“Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo

mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es,

al diablo”. Hebreos 2:14.

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo

mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al

diablo.

Eso es Hebreos 2:14. Entonces, todo el plan de Jesucristo fue “voy a venir y romper el poder

de Satanás sobre la raza humana porque su poder es: la ley del pecado y la muerte ‘el alma

que pecare, esa morirá’”.

Pero ahora, Satanás ha roto ese contrato dejándolo nulo y sin efecto.

Ahora fíjense, dice: para vencer al que tenía el poder de la muerte, eso es tiempo pasado,

continúa diciéndonos que somos libres de la ley del pecado y de la muerte.

Permítanme hacer una pausa por un momento para asegurarme de que realmente entienden

la transición aquí.

Entonces, la Biblia nos dice que cuando Jesús salió de la tumba, se le aparece a Juan aquí en

este primer capítulo de Apocalipsis y le dice: “Yo soy el que estaba muerto, estoy vivo para

siempre y adivina lo que tengo!?

Tengo las llaves de la muerte y del infierno”.

Satanás tuvo esas llaves desde Adán hasta Cristo, pero ahora Jesús tiene las llaves en Su

propia posesión; porque Satanás rompió el contrato.

Ahora bien, la ley del pecado y la muerte no tiene que aplicarse a nosotros una vez que

accedemos a la salvación por la que Jesucristo vino aquí; así que ahora no tenemos que

temer la muerte. Podemos tener vida eterna. Déjenme leerlo por ustedes:

“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de

la muerte”. Romanos 8:2 .

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús, miren esto: me ha librado de la ley del

pecado y de la muerte.

La ley del pecado y de la muerte que gobernó la raza humana durante los últimos 4000 años,

me ha hecho libre. Por supuesto ahora para nosotros son casi 6000 años desde que empezó

todo esto. Pero debido a que Jesús vino y por medio de la muerte, destruyó al que tenía el

poder de la muerte; entonces no vivimos bajo esa ley.

La ley de la libertad en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y de la muerte.

Eso es Romanos 8:2. Una Escritura críticamente importante!

Ahora, todo esto está integrado en el capítulo 1 “Juan escribe estas cosas que has visto”.

Ahora bien, ¿está todo el mundo libre de la ley del pecado y de la muerte?

No, ¡no somos libres de la ley del pecado y la muerte hasta que nacemos de nuevo!

Cuando somos Nacido de Nuevo, entramos en el Nuevo Pacto y esas viejas leyes ya no se

nos aplican, porque allí dice muy claramente que la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús

me ha hecho libre de la ley del pecado y de la muerte.

Una vez que hemos nacido de nuevo, el plan de Salvación que Jesucristo creó para nosotros

en el Calvario; la ley, ya no nos afecta.

Tengo que hablar con ustedes sobre una cosa más mientras estamos aquí porque esto es muy

vital e importante.

¿Jesús se llevó las llaves con Él cuando dejó la tierra?

No, no lo hizo. Dejó las llaves con Pedro. Le dijo a Pedro “Pedro te doy las llaves del

Reino”:

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las

puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Mateo 16:18.

Bueno, en el día de Pentecostés, cuando se derramó el Espíritu Santo y la multitud se reunió

para decir “¿qué está pasando aquí?”. Y Pedro les predicó el sermón, dijo: “ustedes han

crucificado a su Mesías, han crucificado al Señor de la Gloria, ustedes son culpables de la

Sangre de Jesucristo”; y los hombres gritaron diciendo “¿qué debemos hacer, hemos

crucificado a Dios manifestado en carne”?

Y el sentido de culpa era casi abrumador. Y clamaron a Pedro; esto es en Hechos 2 y dijo

“¿qué debemos hacer”?

“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:

Varones hermanos, ¿qué haremos?”. Hechos 2:37.

Y aquí está Pedro y este es su primer sermón; y está pensando y de repente una voz le llega

a los oídos y le dice “Pedro, las llaves.., recuerda, esas llaves que te dejé, las llaves de la

muerte y del infierno; aquí está la vía para salir”:

“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo

para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Hechos 2:38.

Entonces Pedro, este es el versículo 38 del capítulo 2 de Hechos. Entonces Pedro les dijo:

arrepentíos, bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los

pecados, es decir, para pago del pecado. ¿Cuál es el pago por el pecado? La muerte.

“El alma que pecare, esa morirá”. Pero Romanos 6:3 dice que “como muchos han sido

bautizados en Cristo, han sido bautizados en su muerte.

Entonces, cuando somos bautizados en Jesucristo, es cuando Su muerte paga nuestra cuenta

y no tenemos que pagarla. Qué manera tan fácil de pagar la pena del pecado. Solo ser

bautizados; arrepentíos ante todo, arrepentíos de vuestros propios caminos y decidid “voy a

entregarme a Jesús, voy a entregarLe mi vida sin reservas a Jesucristo”. Se arrepientan y

luego se bautizan en el maravilloso nombre de Jesucristo para la remisión de sus pecados.

¿Qué significa la palabra “remitir”?

¿Alguna vez han recibido un sobre por correo con una pequeña ventana, lo abren y dice “por

favor envíar antes del día 10 del mes”?

Quieren un pago. El bautismo es para el pago del pecado “como muchos que han sido

bautizados en Cristo, son bautizados en Su muerte y Su muerte paga su cuenta y la mía”.

¿No se alegran de que Jesús estuviera dispuesto a venir a la tierra, tomar sobre sí mismo el

pecado, para que todos pudiéramos ser liberados de la muerte y, en cambio, pudiéramos

tener la maravillosa promesa de la vida eterna?

Entonces, cuando ustedes descienden a las aguas del bautismo, tienen una sensación de

muerte colgando sobre su cabeza, cuando salen al otro lado, ustedes tienen vida eterna.

Entonces, cuando Jesús le dijo a Juan: “Yo soy el que estaba muerto, vivo para siempre”,

pero no se detuvo allí, Él dijo: “mira lo que tengo, tengo las llaves de la muerte y del

infierno”!

No tienen que morir, no tienen que ir al infierno, porque Jesucristo vino a esta tierra para

crear un plan para todos nosotros y entonces, en el día de Pentecostés, Pedro pensó “bueno,

tengo que usar esas llaves ahora”, y les dijo “arrepentíos, bautícese cada uno de vosotros en

el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, recibiréis el don del Espíritu Santo.

Así es como se sale de la muerte y del infierno. Esa es la llave que libera a la humanidad de

la sentencia, la sentencia de la ley “el alma que pecare, esa morirá”.

Una cosa más. ¿Dónde están las llaves hoy?

Quiero decir, Pedro murió. Entonces, ¿se llevó las llaves con él?

No. Las llaves permanecen en la iglesia hoy, en cada ministro de predicación bíblica;

todavía predicamos lo mismo. Tenemos las llaves para sacar a la gente de la muerte y del

infierno. Y eso es simplemente: deben Nacer de Nuevo del agua y del espíritu.

¡Pedro lo explicó en detalle en Hechos 2:38!

Todo esto, Dios quería que Juan lo contara para ustedes y para mí; y Él dijo “escríbelo, no

quiero que transmitas esto solo verbalmente. Quiero que escribas todo esto en un libro; para

que 2000 años después, en la tierra, justo antes de mi segunda venida, puedan estudiar estas

palabras y saber exactamente lo que planifico hacer”.

Ahora, hay una cosa más que quiero explicarles mientras estamos llegando al final de esta

lección en particular. Quiero explicarles que cuando los versículos y los capítulos fueron

puestos en la Biblia, esos no fueron puestos allí por la divinidad. Fueron colocados allí por

seres humanos, por editores.

Y a veces, no siempre pusieron la división y los capítulos exactamente en el lugar correcto.

Por ejemplo, el último versículo de Apocalipsis 1 realmente quedaría mejor en el primer

versículo del capítulo 2. Sin embargo, leámoslo. Este es el último versículo del capítulo 1:

“El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de

oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has

visto, son las siete iglesias”. Apocalipsis 1:20.

El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro:

las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, luego nos dice lo que esto simboliza.

Sabemos que Apocalipsis es un libro muy simbólico. Está escrito en símbolos, pero son

símbolos que se pueden entender. entonces, lo primero que debemos saber es que las 7

estrellas son los 7 ángeles de las 7 iglesias. La palabra “ángel” también significa

“mensajero”. Mucha gente cree que esto se estaba escribiendo a los 7 pastores de las 7

iglesias de Asia Menor. Y los 7 candeleros que has visto son las 7 iglesias.

Entonces, entendemos que un candelero en el Antiguo Testamento; el aceite fluía a través

del candelabro y el fuego usaba el aceite para producir luz.

Dios nos ayuda a tener siempre el espíritu de Dios fluyendo a través de nuestras iglesias hoy

o de lo contrario tendremos iglesias llenas de oscuridad pero el espíritu fluye a través de las

iglesias y los ángeles son los ministros llamados por Dios. Dios dijo: “Os daré pastores

conforme a mi corazón y os alimentarán con conocimiento y con inteligencia.

Entonces, estamos viendo ahora las 7 iglesias y en la lección 3 vamos a escuchar los 7

mensajes directamente de Dios.

¿Quieren escuchar un mensaje directo de Dios?

Lo van a escuchar en nuestra próxima lección. 7 mensajes específicos directamente de Dios

a cada una de las 7 iglesias. Y vamos a escuchar a escondidas, y ver exactamente lo que

Dios estaba pensando y las diferentes iglesias tienen diferentes características.

Lo mismo es cierto hoy.

¿No quieren que Dios hable a su iglesia y a ustedes personalmente?

Bueno, probablemente en estos 7 mensajes, probablemente escucharán la voz de Dios

hablándole porque muchas de las condiciones espirituales de estas 7 iglesias todavía existen

en muchas de nuestras iglesias hoy.

No solo las reprendió por estas condiciones, sino que luego les dijo qué hacer al respecto.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.